domingo, 1 de septiembre de 2013

MORTERA, PUEBLO CONDAL. HOMENAJE A LOS CONDES DE LA MORTERA.



El Conde de la Mortera se dirige a los asistentes al acto.

Mortera rindió un emotivo homenaje a su ilustre vecino, el primer Conde de la Mortera don Ramón de Herrera y San Cibrián (Mortera, 1812–La Habana, 1885), que logró fortuna en Cuba con la industria naviera y otros negocios, pero que nunca se olvidó de su localidad natal y de sus vecinos.

Un monolito conmemorativo preside desde ahora un lugar de honor en el centro del pueblo con la denominación de Plaza de los Condes de la Mortera.




Don Ramón de Herrera y San Cibrián emigró con diecisiete años a Cuba, donde destacó como naviero y fundador de la compañía de ‘Vapores Herrera’. Fue impulsor del Banco Español de La Habana y alcalde de la capital cubana, además de comendador de Isabel la Católica y de Carlos III y otras distinciones y fundaciones. Pese a que tales méritos y sus servicios a la nación le dieran el título nobiliario de Conde de la Mortera (concedido por el rey Amadeo de Saboya), nunca se olvidó de su Mortera natal, en donde financió importantes obras como la construcción de la iglesia –por la que pagó 50.000 duros– o las escuelas –que le costaron otros 14.000–.


Monolito homenaje a los Condes.
Más de un centenar de personas asistieron el pasado 31 de agosto de 2013, fiesta patronal del pueblo, al acto de inauguración del monolito en memoria del I Conde de la Mortera, don Ramón de Herrera y San Cibrián, en un acto presidido por el alcalde de Piélagos, Enrique Torre Bolado, y los miembros de la Corporación municipal; el VIII Conde de la Mortera y V Duque de Maura,  don Ramiro Pérez-Maura de la Peña, y sus familiares; y el presidente de la Junta Vecinal de Mortera, Daniel San Miguel.

 Al acto - presentado por José Antonio Sánchez, autor del libro sobre los 125 años de la Iglesia Parroquial de Mortera- han acudido también, entre otros parientes del Conde, su esposa, doña María Cabanyes Treviño y su hija y heredera, Julia;  su madre, la Duquesa viuda de Maura, doña Lucía de la Peña González-Camino; sus hermanos, don Alfonso y don Antonio; su tía doña Elena García Botín; y sus primos, entre ellos don Leoncio (Duque de Medina Sidonia), doña Pilar  y  don Gabriel González de Gregorio y Álvarez de Toledo.



En el acto, Pérez-Maura agradeció el reconocimiento asegurando que una muestra de la «ilusión» que supone para él y su familia tal homenaje es que Mortera es «uno de los lugares» de su infancia. El alcalde indicó el acuerdo unánime de la corporación al dedicar el monolito y la plaza a los condes, y que «es de justicia honrar lo que ha supuesto la figura de los condes para este pueblo de Piélagos y sus vecinos» puesto que «no se limitaron a gestionar sus empresas ampliando únicamente su patrimonio sino que decidieron dar una parte importante de sus bienes a los demás, preocupándose de cubrir las necesidades de las familias más necesitadas». Un aspecto, «el de la enorme calidad humana» de los condes y su familia, que fue destacado por Daniel San Miguel.




El Conde de la Mortera, alcalde de Piélagos y presidente de la Junta Vecinal de Mortera, después del descubrimiento del monolito homenaje al primer Conde de la Mortera y familias Herrera y Maura.

Tras las intervenciones del presidente de la Junta Vecinal, el alcalde de Piélagos y el Conde de la Mortera, los tres procedieron al descubrimiento del monolito mientras el Coro Columba de Quijano interpretaba el Himno de Cantabria. Posteriormente, el párroco de Mortera, Javier Calzada, procedió a la bendición del monolito y la Plaza, finalizando el acto con una conocida ‘Habanera cubana’ que entonó el Coro Columba de Quijano en honor al I Conde, que con 17 años emigró a Cuba y logró allí fortuna.



El monolito, realizado en piedra ornamental arena ortocuarcita del Pas, crema Pejanda, tiene una altura total de 2,25 metros, con un peso aproximado de 3,5 toneladas. Ha sido fabricado en los talleres de la empresa Bicanroc dedicada al corte de todo tipo de piedra natural y procede de la cantera Piedras del Pas en la localidad de Vargas.

En el bloque se ha querido representar a las familias Herrera y Maura, benefactoras de la localidad, esculpiendo en dos de las caras del monolito las leyendas de ‘Condes de la Mortera’ con su corona condal, y ‘Duques de Maura’ con la corona ducal.

Asimismo, se ha querido recordar que don Ramón de Herrera y San Cibrián, primer Conde de la Mortera, destacó como naviero y fundador de la compañía de ‘Vapores Herrera’, mediante la silueta del vapor ‘Mortera’. También aparecen en otra cara del monolito las iniciales ‘R.H.’ iguales a las que figuran en el retablo mayor de la iglesia de Mortera, y que llevaban todos sus barcos, como distintivo, rotuladas en las chimeneas y en la contraseña: Bandera cuadrada blanca orlada de azul y con las iniciales ‘R H’ en rojo. Se completa con las placas que dan nombre a la Plaza de los Condes de la Mortera y la dedicatoria al primer conde.

Este acto oficial, organizado por la Junta Vecinal y el Ayuntamiento de Piélagos, coincide con la festividad en honor a San Ramón Nonato, patrono de Mortera, por lo que también concitó la presencia de numerosos vecinos.




Tradicional procesión por la Plaza de los Condes de la Mortera
A continuación de este acto dió comienzo la Misa Solemne en honor del patrono San Ramón Nonato (Fiesta instituída por los Condes), concelebrada y cantada por el Coro Columba de Quijano. Siguió la procesión por la nueva plaza de los Condes de la Mortera y, ya en el templo, se cantó la Salve y se veneró la reliquia del Santo.