jueves, 1 de octubre de 2015

Los hijos de la "Duquesa roja" llevan a juicio sus reclamaciones como herederos.

El duque de Medina Sidonia, Leoncio Alonso González de Gregorio y Álvarez de Toledo, en la sala del juzgado de primera instancia número 1 de Sanlúcar. /Fito Carreto

Los tres hijos de Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, la "Duquesa roja" (actuales dueños por herencia del Palacio Condal de Mortera), reclaman como parte de su herencia los fondos con los que la aristócrata creó la Fundación Casa Medina-Sidonia, con uno de los archivos más importantes de Europa, en un Juicio que comienza hoy.

La posibilidad de que, de aceptarse los argumentos de los hijos, este patrimonio, catalogado como Bien de Interés Cultural, pueda dispersarse ha llenado de incertidumbre el futuro de la Fundación Casa Medina Sidonia, con sede en el Palacio de los Guzmanes de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).

Este fue el objetivo con el que la "Duquesa roja", nombre que se le dio por la lucha antifranquista de esta aristócrata que pasó por la cárcel y el exilio, constituyó hace diecisiete años esta Fundación, a la que legó un patrimonio que como su principal "joya" tiene un archivo con más de seis millones de documentos, los más antiguos del siglo XIII.

Cuando firmó su último testamento, diez años después de que la fundación estuviera constituida y ocho años antes de su muerte el 7 de marzo del 2008, la "Duquesa roja" consideró que esos bienes que había donado estaban ya fuera de su patrimonio y por eso no los incluyó en este herencia.

No es lo que piensan sus tres hijos, que en ningún momento impugnaron este proceso hasta que hace tres años, cuando cada uno por separado y el mismo día, interpusieron sendas demandas en las que reclaman la inoficiosidad de la Fundación Casa Medina Sidonia y que los bienes que la integran, el Palacio y el Archivo General, se integren en su caudal hereditario.

Con ello, creen que la duquesa donó más bienes de los que podía.

Los tres hijos (Leoncio, Pilar y Gabriel) reclaman que a ellos les corresponde dos tercios de estos bienes: uno a repartir entre los tres hermanos y otro para el mayor de ellos, el actual Duque de Medina Sidonia, como heredero universal, y mantienen que su madre sólo podía donar lo que se conoce como el tercio de libre disposición.

En el proceso se ha dado una valoración de esos bienes de sesenta millones de euros, algo que José Gómez Villegas, portavoz del patronato de la Fundación Casa Medina Sidonia, considera "pura teoría" dada la imposibilidad de traducir a ninguna moneda el valor de un archivo que reúne documentos desde la Edad Media de diferentes casas nobiliarias y que se ha convertido en un centro de referencia para los historiadores.

El procedimiento también se dirige contra el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, al que reclaman la antigua iglesia de La Merced, que la duquesa cedió al municipio en el que vivió tras su exilio y hasta su muerte, y contra Liliane Dahlmann, viuda de la "Duquesa roja" y presidenta de la Fundación.

A ella, los herederos de la duquesa también le discuten las ventas que su madre le hizo poco antes de su muerte. "No son en realidad ventas, pues no hay evidencia de pago real, sino donaciones o liberalidades a su favor, por lo que deben ser integradas al caudal hereditario y repartidas con los demás herederos, entre los que ella misma se encuentra", explica Leoncio Alonso G. Álvarez de Toledo en una entrevista que hoy publica Diario de Cádiz.

En esta entrevista el actual Duque de Medina Sidonia reconoce que el archivo "no se puede fragmentar de ninguna forma porque está protegido en su integridad por leyes muy firmes, tanto a nivel de Estado como de la Junta de Andalucía" y que "tampoco" está en su "intención" ni puede concebir "la idea de su fragmentación".

"Esta firme convicción no es en absoluto contradictoria con la defensa de los derechos hereditarios", asegura el duque, tras afirmar que su objetivo en este pleito es "evitar la desvinculación real de los titulares de la casa de Medina Sidonia, de presente a futuro, con el núcleo de su memoria natural y documental".

Este complicado pleito será resuelto a partir de mañana en un juicio que se celebra a lo largo de catorce sesiones en el juzgado número 1 de primera instancia de Sanlúcar de Barrameda.


Un mes de juicio.

Un mes exactamente es lo que ha durado el juicio del llamado caso Medina Sidonia, por el que los tres hijos de la duquesa roja reclaman sus derechos sobre la millonaria herencia de la aristócrata. Hasta ayer viernes, cuando quedó visto para sentencia, tanto los hijos como la parte contraria han desfilado por el juzgado número uno de Sanlúcar para esbozar sus argumentos y defender lo que consideran es de justicia. Se da la circunstancia de que LeoncioPilar Gabriel González de Gregorio han acudido cada uno con su respectivo abogado, dado que no todos coinciden en las mismas peticiones. El mayor, Leoncio, actual duque de Medina Sidonia, pide tanto la parte legítima de la herencia como la parte de mejora. Pilar reclama su legítima y Gabriel también solicita lo que le correspondería por la cesión de la iglesia de la Merced que realizó su madre y que considera forma parte también del legado.

Aunque cada uno estaba representado por un abogado, lo cierto es que en muchos puntos han estado de acuerdo, al existir intereses comunesJavier Timermans, experto en derecho nobiliario, es quien se ha encargado de la defensa de Gabriel, mientras que Nicolás González representaba a Pilar, y Eduardo Ferreiro a Leoncio. Evidentemente la comunicación ha sido fluida, ya que enfrente tenían a Liliane Dahlmann, con quien la duquesa se casó in artículo mortis, así como la propia Fundación y el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, al que una parte reclama también la antigua iglesia de La Merced, que la duquesa cedió al ayuntamiento años antes de crear la fundación.

Durante estas jornadas la tensión se mascaba en el aire, y es que no ha sido fácil para ninguno estar en el mismo espacio y escuchar los diferentes alegatos. De los hijos, el único que ha intercambiado alguna palabra con la viuda ha sido precisamente Gabriel, quien, al igual que su hermano mayor, ayer se mostró indignado tras escuchar al abogado que representa a la Junta de Andalucía en el último día de conclusiones. El Gobierno andaluz no está dispuesto a que el valioso patrimonio de la duquesa roja se disperse o cambie de manos.

«No entendemos que la Junta se ponga a proteger a personas jurídicas,eso es una injerencia en un asunto privado donde se discute la titularidad», explica a ABC Leoncio, el mayor de los hermanos. «El argumento que dan es que no se podía aplicar la legislación del Código Civil en lo relacionado a la legítima, ya que se trataba de una dotación, cuando resulta que es muy claro en cuanto que cualquier entrega de un bien a una persona tanto física como jurídica se considera liberalidad si no se cobra nada a cambio. A la Junta le debe preocupar que ese bien cultural esté bien conservado, esté dispuesto a la difusión para la investigación y esté localizado, pero entrar en la titularidad me parece una pretensión preocupante», explica el duque de Medina Sidonia.

También Gabriel está muy sorprendido por la manera en la que se implica la Junta de Andalucía, y es que ellos consideran que su caso es muy parecido al del hijo de Camilo José Cela contra la Fundación Cela, caso que finalmente ganó. «Lo que ha hecho la Junta es escandaloso porque interfieren en el Estado de Derecho con una sucesión de trampas para expoliar a los ciudadanos», argumenta Gabriel. Ahora solo les queda esperar el veredicto.


Por Isabel Laguna Agencia EFE.